Más estadounidenses creen que el fraude de primera parte tiene sentido

A medida que el fraude de terceros continúa aumentando, los datos de FICO sugieren que casi un tercio de los encuestados creen que es razonable estar en las solicitudes de crédito en algunos casos, o simplemente un enfoque general.
En los últimos años, la inflación y las altas tasas de interés han ejercido una presión creciente a los consumidores, lo que ha llevado a una mayor deuda de tarjetas de crédito. En respuesta, muchos prestamistas han reducido sus líneas de crédito, endurecieron los estándares de préstamos y cambiaron su enfoque a los clientes más ricos.
FICO señala que muchos consumidores exageran o tergiversan deliberadamente los detalles sobre las solicitudes de crédito para garantizar el financiamiento, a menudo sin una comprensión adecuada de cómo estos “llamados préstamos fraudulentos” pueden limitar los presupuestos o exponerlos al fraude legal y financiero.
El fraude puede ser una solución viable para el consumidor promedio que lucha por llegar a fin de mes, pero como un enfoque de FICO, generalmente solo agrega combustible a los incendios.
Agua fangosa
El fraude de primera parte, también conocido como compromiso del consumidor o fraude amistoso, se ha convertido en el tipo más común de fraude en todo el mundo. Otro informe de Lexis-Nexis muestra que el informe representa más de un tercio de todos los casos de fraude reportados en 2024, a partir del 15% hace un año.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las instituciones financieras son las muchas formas de este fraude que puede tomar. En un caso común, los consumidores ordenan un proyecto grande y luego presentan un reclamo de fraude falso. En otro caso, el comprador afirma que nunca fue entregado o informado erróneamente como dañado en el tránsito.
Más aguas fangosas son el caso en el que los malos actores externos manipulan las primeras partes legales al fraude.
Una dicotomía extraña
A medida que aumenta la prevalencia del fraude de primera parte, el primer paso para las instituciones financieras es clasificar con precisión el fraude. Solo de esta manera los bancos y las cooperativas de crédito pueden comenzar a proporcionar defensas de fraude que los clientes esperan.
Esto muestra una extraña dicotomía: FICO descubrió que cada vez más consumidores cometen fraude ellos mismos, están buscando cada vez más protecciones de fraude más fuertes.
Según su encuesta, casi un tercio de los encuestados enumeraron la protección de fraude como una prioridad al abrir una nueva cuenta, poniéndola por encima del valor y el servicio al cliente. Más de la mitad dice que la protección de fraude estable se encuentra entre los tres primeros al elegir una nueva cuenta.